Ciencia y Tecnología,  Entrevistas

Federico Pistono: «Los robots robarán tu empleo»

Usted está a punto de volverse obsoleto. ¿Suena duro, no?

Mientras lee esto, hay millones de programadores informáticos en todo el mundo cuyo oficio es crear algoritmos matemáticos que hagan el trabajo que usted hace, pero mejor.

Es una idea ya no tan novedosa: el crecimiento exponencial de la tecnología. Para entender lo que es, imagine que en este momento usted se levanta de donde está y camina 30 pasos. ¿Hasta dónde llegaría?

Muy bien, ahora imagine que da 30 pasos exponenciales. Si usted pudiera darlos, llegaría hasta a la luna, y le sobrarían pasos para volver a la Tierra y dar ocho vueltas alrededor del planeta. Eso es lo que significa exponencial.

Los robots y la economía

Federico Pistono, 32 años, educador científico italiano y activista social, ha estado advirtiendo hace unos ocho años sobre esta creciente tendencia de las empresas en su empeño por la automatización y la inteligencia artificial para facilitar los procesos.

“No solamente cada vez hay menos trabajos, sino que muy pocos están siendo creados”, ha dicho desde Santiago de Chile, en donde lo contactamos primero vía Twitter y luego a través de Skype.

De ahí, de esa frase que puede parecer abrumadora o desmesurada, se desprende su libro titulado: ‘Los robots robarán tu empleo, pero está bien’.

En él se exploran los impactos que los avances tecnológicos tienen en nuestras vidas. Su tesis responde al evidente panorama de una economía cada vez más automatizada.

Cada vez más, dice Pistono, son menos necesarios los empleos de conducción, vigilancia, limpieza, secretarías, bienes raíces, contabilidad, ventas y manufactura, entre otros muchos.

Y tampoco es que estos cambios, que ya son visibles en muchos países del mundo, vayan a demorarse en llegar a Latinoamérica.

– ¿Cuál es el papel de América Latina en este panorama?- le pregunté.
– En diez, quince o veinte años creo que todo el planeta verá los resultados de la automatización en un sistema de ingreso. Estamos en un sistema económico que es muy difícil, hay corrupción, sobornos y es totalmente inequitativo. Pero Latinoamérica tiene tiempo para experimentar nuevas soluciones, es una economía emergente y no tiene que seguir los mismos patrones.

Redefinición de roles

¿Suena a fantasía futurista? Tal vez . Lo cierto es que cada vez somos menos necesarios.

Sin embargo, no es una visión apocalíptica del futuro. Se habla de una perspectiva diferente en la que los seres humanos debemos tratar de ser felices a pesar de que cada vez tendremos menos cosas qué hacer.
Es decir, en el futuro cambiarán nuestros roles, metas y propósitos de vida.

– Sugieres entonces un cambio de mentalidad, pero todo cambio ofrece resistencia- dije.

– Eso es muy interesante porque las investigaciones dicen que la sociedad necesita cada vez menos tiempo para cambiar la mentalidad. Por ejemplo, hace 150 años las mujeres tenían menos derechos, y hoy la idea de la igualdad de géneros en la toma de decisiones y derechos es bastante obvia. Otro ejemplo, hoy está muy corta la brecha para la aceptación global de los derechos de los homosexuales.

– ¿Qué talento te hubiera gustado tener?- pregunté.

– Creo que el talento de poder empatizar con la gente cuyo pensamiento es diferente al mío. Si yo tuviera ese talento podría establecer más puentes de comunicación- dijo él.

– ¿Y qué es el éxito?

– Es servir a la humanidad con los talentos que tienes y generar más felicidad. Personalmente, creo que mi éxito sería tener un rol que sea importante en la creación de una sociedad más equitativa.

Crítica social

A Federico Pistono le gusta citar el índice de la firma Deloitte’s Shift que advierte que el 80% de las personas odian su trabajo, “eso es 4 de cada 5 personas gastando la mayoría de su tiempo de vida útil haciendo algo que particularmente no disfrutan… Trabajamos duro durante largas horas en trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos, para impresionar a gente que nos cae mal”.
– ¿Y qué es para ti el paraíso?

– Para mí no es un lugar perfecto, es un sito donde la gente puede cometer errores. Una sociedad en la que se aceptan las fallas y se respetan los defectos para construirnos todos como mejores personas.

– ¿Y si tuvieras que elegir un lugar?- pregunté.

– He ido a muchos lugares. Me gustan mucho las culturas. Creo que me gusta mucho Noruega. La gente tiene un increíble respeto por la vida. Por ejemplo, las multas de tránsito son proporcionales a tu nivel de ingreso económico. Las empresas sienten mayor responsabilidad social. El hombre más rico tiene tan solo 20 veces más que los demás. Es decir, está mejor distribuida la riqueza. No como en el mundo, donde los más ricos tienen un millón de veces más recursos y dinero que el promedio.

Batalla perdida

Pistono ha viajado a más de 20 naciones. Fue a la NASA. Estudió en la Universidad de La Singularidad y dice haber hablado con algunas de las mentes más brillantes del planeta para abordar esta tendencia.

Su libro ‘Los robots robarán tu empleo, pero está bien’, se considera una contribución única y audaz a la permanente conversación sobre la automatización y el empleo. Así lo califica Neil Jacobstein, co-presidente de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad de La Singularidad de San Francisco, Estados Unidos.

Cree que hay que acabar con la noción “engañosa” de que todos tenemos que ganarnos la vida. “Es un hecho que hoy 1 de cada 10.000 personas puede crear una innovación tecnológica capaz de ayudar a todos los demás. La verdadera ocupación de la gente debería ser regresar a la escuela y pensar acerca de cualquier cosa que ellos hayan estado pensando antes de que alguien viniese y les dijese que tenían que ganarse la vida”.

Quizá le puedan parecer palabras ingenuas de una mente joven, palabras ajenas a las intrincada y compleja sociedad y del sistema económico. Pero una cosa son las palabras y otra la evidencia científica.

Los seres humanos peleamos una batalla que ya está perdida. “No podemos ganarle a la naturaleza y sus recursos limitados. Dependemos de la naturaleza. Y ciertamente no podemos ganarles a los robots ni al crecimiento exponencial de la inteligencia artificial. Pero podemos ganar con ellos”.