Opinión

La «pinche india» de Yalitza Aparicio: retrato de un comportamiento racista

Esta columna de opinión hace parte de la alianza que celebra Otras Inquisiciones con la revista mexicana Ruleta Rusa, publicación digital con la que compartimos altos valores de rigurosidad periodística. El autor es Luis M. López, periodista mexicano e impulsor del periodismo narrativo en su país. Fue alumno de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.

Sergio Goyri, un actor mexicano de poco prestigio, fue captado refiriéndose a Yalitza Aparicio, protagonista de la multipremiada Roma, como «pinche india». Este es el relato de un comportamiento instaurado.

Aquel no se percató de que su esposa grababa una historia para Instagram sentada a su lado en la mesa de un restaurante en la Ciudad de México. Justo en ese momento se escuchó la voz del actor de telenovelas profiriendo su insensible sentencia: «Que metan a nominar a una pinche india que dice ‘sí señora, no señora’, y que la metan a una terna a la mejor actriz del Óscar…».

No es el único inconforme por el reconocimiento que ha tenido Yalitza; en días pasados un grupo de actrices, sin mucho talento, se «organizaron» para pedir al jurado de los Premios Ariel —el equivalente al Óscar en México— que vetaran a Yalitza.

Los usuarios en redes sociales, como era previsible, no cesaron (y posiblemente en un buen tiempo no lo harán) de señalar el lamentable comentario de Sergio Goyri, actor de películas como Los machos están fatigados o AR-15: Comando implacable. Su página de Wikipedia fue hackeada. La imagen de un mico verde de Gambia fue puesta en el lugar de su foto de perfil.

El pensamiento de este actor está instaurado en Mexico, aunque escucharlo de alguien que trabaja en el entretenimiento nos escandalice. A manera de broma, se le dice a los niños o niñas tímidas: «no seas indita, saluda al señor». He escuchado a gente preparada académicamente decir: «mira, esa María». O expresiones como «pinche indio taimado».

En Oaxaca, de donde es Yalitza, casi el 60 por ciento de la población es indígena. En ese mismo estado se encuentran 58 de los municipios más pobres de todo México. Tlaxiaco, en donde nació la actriz, “aún presenta rezagos (económicos) respecto al promedio estatal: carencia por acceso al agua entubada en la vivienda, carencia por servicio de drenaje en la vivienda y carencia por acceso a los servicios de salud”. Esto se lee en el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social, en el estado de Oaxaca y sus municipios (2017). Los indígenas son los más pobres entre los pobres de México.

Alguna vez escuché, ya en mi etapa profesional y supuestamente rodeado de profesionales: «no metas esa foto, se ve muy autóctona la chava», pese a que se trataba de una joven investigadora con una vida breve, pero con una fascinante trayectoria científica. La foto se quedó en esa ocasión, pero ejemplifica de manera ideal lo que viven los indígenas de nuestro país: la intención incesante por desaparecerlos. Esa infame herencia colonial no sólo los excluye, también los convierte en invisibles.

El actor del comentario idiota (que ya hizo públicas sus disculpas) representa con precisión una dolorosa realidad nacional que al parecer se resiste, y todavía costará extirparla por completo de este México bárbaro.

Fotografía Cortesía: El Heraldo.

Reportero y cooperativista (México, 1983). Fue alumno de M.Á Bastenier en la Fundación Gabo. Es coautor de los libros 'Las Finanzas Solidarias en algunos países de América' (2015), 'Avanzar en la Inclusión Financiera' (2016) y 'La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental' editados todos por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y el Centro Internacional de Investigación de la Economía Social y Solidaria (CIIES). Prefiere los cuentos, los perros y la bicicleta.