Gracias a Pedro también aprendí que debía recuperar el tiempo perdido con mi madre, a quien al tenerla siempre al lado había descuidado.
Wilson era un caballero de fortuna. Un gentilhombre dedicado al abordaje y a imponer la disciplina a bordo predicando el ascetismo.
Después de comerse algunos baches y cambiar de dial la radio, la mujer ya había terminado el suéter y saltaba de alegría, parecía joven, aindiada.
Hay partes imperfectas, pero también éstas forman parte de un todo, de un mundo real-fantástico en el caso de Kafka, y de un mundo real-mágico en el caso de GGM. Y aunque no haya fantasía ni magia en todas sus narraciones, hay un perfume, una sensación, sugerencias, descripciones que remiten mentalmente a un ambiente de fantasía y de magia.
Un repaso por el anonimato de las mujeres ignoradas y silenciadas a través de las generaciones y las sombras.
Es un barcito con el alcohol desfilando detrás de la barra entre algunos espejos, que duplican todos los objetos y los rostros, que se acoplan en el bar y tiene también algunos posters de películas: Scorsese, Coppola, Tarantino, David Linch y algún Dalí falso.
Entré a la otra habitación donde estaba la cama para las visitas y me acosté. Los grillos seguían chillando, algunas ranas les contestaban, el aire se colaba por la celosía.
Esta obra fue la ganadora por unanimidad del V Certamen Internacional de Relato Corto "Escritor Domingo Manfredi Cano", de la localidad sevillana de Aznalcázar en 2022.
Cuando vi a Irene, necesité escribirlo en el celular, recuerdo que abrí las notas y puse “buscar libros de arte para Irene”. No la volví a ver, ya no trabajo en la librería. Fueron sólo dos meses. Los dos meses más intensos y más gozados en cuanto a lo laboral.
—Fíjate que el otoño es filtro de todo lo que germina en primavera, crece en verano y decanta en otoño. —Sentados en el cordón de la vereda le digo a mi amigo creyendo que me lo va a entender—. Hasta en la gente lo ves, en la cara de las personas, ¿no me digas que no te diste cuenta?