La concupiscencia de una señora de 80 años, un cuento de Eduardo Viladés
En efecto, fui puta, sigo siéndolo, para mí es un piropo. ¿Pasa algo? Si no te gusta, te jodes.
Cuatro poemas de Nicol A. Barria-Asenjo
Ser convocado en torno a la literatura de Barria-Asenjo se parece a un desembarco con lluvia para el cual hace falta girar y examinar lo que pensabamos establecido y sólido.
Ojos color fuego, un cuento de Ramiro Rodríguez
Las horas se derritieron con la calma de un velón en una iglesia, y sin saber cuántas habían pasado, con la vista nublada y un mareo insoportable, pudo ver cómo…
Otra luz, un cuento de Pablo Concha
Creyó escuchar, muy lejos, una sirena. Sus párpados descendieron una vez más. La luz había virado a un tono grisáceo, fogonazos amarillos y naranja destellaban a los lados y se…
Benfica renueva su fútbol: Schmidt convence… por ahora
Muchas cosas han cambiado en el Benfica. Hay una sed por el balón y por la portería contraria que no se veía desde tiempo atrás. Los jugadores parecen divertirse con…
Una de piratas: la humillación de la flota inglesa que sitió a Cartagena
Blas de Lezo conocía el valor militar de esa demora. Si se conseguía resistir hasta la llegada de las lluvias, a final de abril, Vernon habría perdido. Para Vernon era…
Tasa rota, un cuento de Janer Villanueva
Cartagena es negra como el alma sus gobernantes, el límite de la conciencia y los recursos están pensados hasta donde el color de la piel se carameliza.