Cuando la música se escuchaba en cassettes…
Todos estos y otros aparatos desaparecieron un día y nadie sabe qué se hicieron. Lo único cierto es que no se usan. ¿Adónde fueron a parar?
Gotham termina, Batman y su leyenda dejan otra huella
En ochenta años de existencia, ha sido representada la historia del hombre murciélago varias decenas de veces, pero Gotham conservará durante algún tiempo la distinción de haber contado la vida del niño que perdió a sus padres en un asesinato a la salida del teatro.
Mi madre Alicia, Gabo y el frío de Zipaquirá
Obtener una beca en Zipaquirá, diría luego Gabo, fue como ganarse un tigre en una rifa. «El colegio fue un castigo y ese pueblo helado fue una injusticia», le dijo Gabo a un suplemento literario en Madrid, España.
Sevilla tiene un color especial
El Guadalquivir ennegrece pese al claro de luna. Ha sido un día complejo, colmado de texturas y luces y sabores; uno de mis recuerdos más nítidos, ahora, cinco años después, cuando escribo esto que aquí les cuento.
El discreto sobandero de Cartagena
Un gran historial de aciertos y milagrosas intervenciones lo precede. Anda de un lado para otro “componiendo” a los accidentados y, en algunos casos, revitalizando a los pacientes de casos clínicos cuyos traumatólogos han dado por perdidos.
Miracle workers, un día normal en el Cielo
Dios se encuentra notoriamente cansado de observar las malas decisiones humanas, no le apetece contestar una numerosa cantidad de plegarias y menciona con nostalgia que los terrícolas han dejado de sacrificar corderos en agradecimiento.
El crítico intranquilo, un cuento de Andrés Pinzón-Sinuco
Finch se había adelantado a sus pasos, concluyó. No solo eran parecidos, también, revisando su carrera, descubría que Finneas Finch había cursado cada cosa que a Gutmann podía interesarle.
Constanza Duque: «No llegamos a la TV para ser famosos»
No nos importaba un carajo si íbamos a comer o no. Nosotros queríamos hacer teatro aunque costara lo que fuera. Si nos tocaba vender enciclopedias para poder financiar nuestro teatro, lo hacíamos.
El hombre que paseó a Gabo por Macondo
Lucho tenía la inquebrantable convicción de que su vehículo sería el escogido para que Gabriel García Márquez, acompañado de su esposa Mercedes Barcha, paseara por las calles de su infancia.
Pathé, un cuento de Jaime Arturo Martínez Salgado
Al cerciorarse de que sí respiraba se aventuró a preguntarle que quién lo había apuñalado. Julius sólo dijo: — Pathé!