La bomba de calor, un relato de Eduardo Viladés
A las diez y media sonó el timbre. Con ese alias, yo pensaba que venía a lo que venía, aquello que dices "llega a las 22:30, a las 22:35 le desnudo, a las 22:40 nos ponemos al tema y a las 22:45 sigo leyendo tranquilamente".