Cómic

Dragon Ball: una historia que no apela al sentimentalismo

Aventuras escondidas y descubiertas detrás de muchas páginas, bocetos y tinta negra. Batallas cruentas, muchas carcajadas, y como lo anticipaba la canción de los dibujos animados: una historia increíble se esconde ahí. Conocemos esta historia, una joven privilegiada por haber nacido en una familia multimillonaria, dotada de inteligencia y hermosura, inició la búsqueda de siete esferas mágicas.

Guiada por la leyenda que daba cuenta de la existencia de un dragón capaz de conceder cualquier deseo humano a quien logre reunir las mencionadas esferas, se encontró con un huérfano que habitaba una montaña alejada de la ciudad; detalles más detalles menos, Bulma y Goku partieron juntos a reunir las esferas restantes. 

“Al principio no se me ocurría nada. Quería que el protagonista fuera un niño normal, pero con alguna peculiaridad, como las alas del protagonista de Dragon Boy, de modo que le puse cola a Goku. Para que, aunque se escondiera en la sombra de una roca, supieras que era él. Luego llegaron las siete Dragon Balls y, para buscarlas, le di el mismo sistema de locomoción que tenía el Rey Mono”, reveló Akira Toriyama en una entrevista en mayo de 1994.

Aunque el relato chino del Rey Mono inspiró las características de esta saga, el primer arco argumental de Dragon Ball comparte alguna similitud con el musical El Mago de Oz (1939) y su moraleja. Los personajes descubren, al final de la aventura, que aquello que deseaban pedir al Mago de Oz o al dragón Shen Long está dentro de ellos mismos, que el camino recorrido ya les ha hecho encontrar lo que buscaban.

El León Cobarde encontró el coraje, el Hombre de Hojalata entendió que ya tenía sentimientos aún faltándole un corazón y el Espantapájaros pudo descubrir que poseía una verdadera inteligencia en ese cuerpo sin cerebro. Yamcha perdió el terror que le impedía acercarse a las mujeres y Bulma halló su primer interés amoroso, todo esto sin la ayuda de alguna fuerza mágica.

“Bulma, Oolong y Yamcha representaban a personajes del cuento original, que iba a terminar cuando se reunieran las siete Dragon Balls”, explicó en la misma entrevista, hasta entonces la historia destacaba muy poco.

Terminado este arco, inició el torneo de artes marciales, un momento clave aseguró Toriyama: “antes del primer torneo la serie no era muy popular y Torishima (director de Shonen Jump) me dijo que se debía a que el protagonista era demasiado sencillo. Eso me molestó, porque yo había diseñado a Goku así a propósito, pero decidí hacer lo de las competiciones de todos modos. Y Goku se volvió muy popular”. A partir de entonces se afianzó esta propuesta literaria.

Dragon Ball es una historia que no apela al sentimentalismo, no aspira a conmover al lector (muchos otros mangas de acción y sus versiones animadas llegan a tocar profundamente el corazón de los fanáticos); en cambio, y como punto fuerte, Dragon Ball logra ser una comedia muy agradable cuando Toriyama se lo propone. Así mismo, consigue mantener la angustia y el interés de lo que sucederá en el próximo episodio.

Durante el tercer arco aparece la Patrulla Roja, el ejercito que planea conquistar el mundo; en esta saga Goku llega a Isla Pingüino y se produce el encuentro con Arale, el personaje principal de Dr. Slump, un cómic del mismo autor. Todo encajó perfectamente, incluso el protagonismo que Arale toma durante este pequeño cruce y la química que fluye entre ella y Goku, un verdadero acierto.

En Dragon Ball Z la historia de las esferas mágicas pareciera menos protagonista que antes, su papel fundamental es revivir a Goku después de morir enfrentando a Raditz, su hermano. También son la razón por la que Vegeta llega a la Tierra, planeando alcanzar la inmortalidad. Las esferas son igual de importantes en el arco de Namekusei; sin embargo, luego de estos arcos, las esferas se reiteran como el as bajo la manga (predecible) para recomponer lo que se ha perdido, enfrentando a Cell y a Majin Boo.

Del autor y del arte

Akira Toriyama y Dragon Ball, como su obra más aceptada globalmente, inspiró a jovenes lectores japoneses que pronto siguieron sus pasos y se convirtieron en autores igual de célebres. Es el caso de Eiichiro Oda autor de One Piece, y de Masashi Kishimoto autor de Naruto; ambos pertenecen a la editorial Shueisha y publican en Shonen Jump, tal y como hiciera Toriyama.

Sus viñetas exponen un trazo limpio, excluye los efectos de sombra inútiles, concibe escenarios bajo el mismo precepto: nada de líneas y efectos innecesarios. Su estilo de dibujo podría encontrar un poco de influencia en Osamu Tezuka, desde el punto de vista del lector; no obstante el pincel de Toriyama tiene su propio sello, uno inconfundible. 

Al inicio de Dragon Ball Z se marca más claramente la evolución en el dibujo del mangaka (creador de un cómic), la redondez, evidente en los vestuarios y en la morfología de los personajes del capítulo uno, cambió a un trazo más recto y estilizado después de doscientos capítulos. La evolución favoreció el desarrollo de las escenas de acción, otorgó una mejor expresión escénica a los personajes, concediéndole un mayor carácter visual a protagonistas y antagonistas. 

De otra parte, en Dragon Ball no se reafirma en el estilo de vida japonés o en el chino, pese a que haga referencia a distintos relatos de ambos países, como el mentado Rey de los Monos o el Basho sen, otro mítico elemento de la literatura de ambas naciones, tampoco es estrictamente tradicional al incluir el concepto de los kamis, pues estos seres se presentan como seres mortales y con personalidades de la conducta humana moderna, como Kaio-Sama.

En retrospectiva, el encanto de Dragón Ball radica en lo simple.

Dragon Ball consta de 519 capítulos compilados en 42 tomos, fue publicada por primera vez el 20 de noviembre de 1984 y terminó el 5 de junio de 1995. Dragon Ball Super es la secuela oficial, aunque Toriyama deja la atareada labor de dibujar en otras manos, el argumento de éste manga y sus versiones animadas son canónicas y corresponden a la creación del mismo autor.

Imágenes: Toei Animation y Editorial Shueisha

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