Música

Tras 154 noches autodestructivas emerge el rock de Andrés Lo Hizo

Andrés Lo Hizo es un artista barranquillero nacido en el 86, en medio de la visita del Papa a Colombia, el mundial de fútbol de Maradona y el Wembley de Queen. Desde pequeño mostró inclinación por el arte y el desorden, creciendo en un ambiente donde lo dejaron ser con libertad. El amor de su hermana y su madre, así como el rechazo y abandono de su padre lo marcó desde temprana edad, cuando comenzó a buscar en el mundo la tranquilidad que sentía se le había negado en casa.

De su madre, el vallenato de los Zuleta, Jorge Oñate, Diomedes, los Betos y Villazón.

De su padre, Luis Miguel, Vicente Fernández, Facundo Cabral y Rocío Durcal.

De su hermana heredó los primeros discos de Nirvana, Charlie García, Michael Jackson, Soda Estereo, Fito Páez, Green Day, Andrés Calamaro, y los Rolling Stones. A los 14 años escribió su primera canción con una guitarra prestada por una novia del colegio. Descubrió que podía no tener muchas cosas, pero si tenía una canción, lo tenía todo.

A los 20 con cuatro amigos de la universidad conforma su primera banda en la capital del país colombiano. En un bar vecino a la universidad a la que asistían en Bogotá, Colombia, nace Adam, grupo de pop-punk con el que grabó su primer demo titulado Mi lado de la historia, de la mano del galardonado productor Jorge Holguín ‘Pingui’, multinominado y ganador del Grammy. De ahí se extraen dos sencillos que sonaban duro en la calle, en las emisoras y en los teatros: Invisible y No quiero saber. Más de 50 mil reproducciones en MySpace después, Andrés deja la banda y rechaza tres contratos con las principales disqueras del país.

Es ahí cuando comienza el viaje en búsqueda de la identidad, del verdadero yo, del sentido del mundo, permeado por un trastorno límite de la personalidad, una inclinación a la depresión y una lucha diaria contra la ansiedad propia.

Buenos Aires, Cartagena, Bogotá, Barranquilla… Andrés recorre con su música diferentes latitudes, experimentando con el rock, el reggae, el blues, y el mode-up, saca su segundo demo con canciones cargadas de melancolía, amor y sol caribe de la mano del hoy reconocido productor urbano Mansang The Prod.

25 mil reproducciones después en youtube para su primer sencillo Princesa, Andrés vuelve a soltarlo todo, a encerrarse en su mundo y a descubrir lo que es ser padre. Luego del nacimiento de su hija, sufre la ruptura de su relación amorosa, se muda solo a una casa de la periferia de la ciudad y se sumerge en un ciclo de drogas, alcohol, culpa y depresión. Por cuatro años, Andrés se dedica a descifrar su propio dolor, a comprender sus propios deseos y expectativas, a escribir, componer y preproducir lo que sería su primer EP 154 noches, el número de noches exactas que duró este ciclo autodestructivo a nivel personal, pero prolíficamente creativo a nivel artístico. Se muda a Barranquilla y graba en el afro-studio un total de seis canciones, coproducido por Jaime Alzate, reconocido artista barranquillero que ha trabajado con Los de adentro, Cabas, Rocksito y Zultan.

Dame, El huracán, Ella, A.mar, La señal y En la claridad, componen un EP cargado de sonidos rock, pop, post-punk y electrónica, proponiendo un viaje por atmósferas y sensaciones producidas por sintetizadores, teclados e historias cargadas de emoción… Un recorrido galáctico por la psiquis del artista, quien expone sus miedos, caídas, esperanzas y pensamientos en canciones que hablan tanto del amor como de su propia existencia.

Durante la pandemia decide dejar todo atrás e irse a Cartagena, donde transcurrió su adolescencia, con la intención de grabar un sencillo con el guitarrista, productor y amigo de la infancia Mario Evans (Dragón y Caballero, Neotrópico, Subterfugio) para terminar, finalmente, iniciando el proyecto de grabación de su nuevo EP Amanecer.

En ese trabajo, Andrés habla de todo lo que pasó luego de las 154 noches, cuando sale el sol y llega el amanecer a su vida. La angustia, las adicciones y la desesperanza se toman una pausa y el artista vuelve a lo básico. Guitarra, bajo, batería y teclado, para grabar canciones llenas de rock, actitud, esperanza y realidad. Un sonido orgánico, que recuerda a las bandas tradicionales de los 70s y 90s.

Héctor Lavoe es el primer sencillo de Amanecer, un tema con una estructura diferente, donde las guitarras son protagonistas y se conjuga lo eléctrico con lo acústico, una batería poderosa, coros de góspel como nunca se habían usado en una canción de rock en el país y una letra a lo Andrés Lo Hizo, en la que realiza juegos de palabras y emociones, valiéndose de metáforas y recursos narrativos que hacen de la canción una puerta a un nuevo mundo de historias.

¿Qué se viene para Andrés? Imposible de decir. Andrés hace lo que su alma y su corazón le dicta en el momento que le nace. Sigue rechazando cuanto contrato disquero pasa por sus manos, rechaza entrevistas con medios tradicionales y se niega a caer en las garras del marketing para promocionar su música. Sólo realiza shows privados para no más de 100 personas y no tiene tiempos o calendarios para desarrollar su obra. Si una canción toma un día en hacerse, bien. Si toma 2 años, también. Todo tiene su tiempo justo, sobre todo la música. Está convencido de que no tiene caso ni nada de maravilloso aspirar a la fama y lo único que busca es hacer, con su música, mas liviano el peso de su cruz. La de él, y la de las personas que lo escuchan.

    Fotografía: Archivo - Andrés Lo Hizo