Cómic

Simplemente One Piece

One Piece es probablemente la obra más completa de todos los tiempos en la industria del manga y del cómic. Este atributo se le puede otorgar gracias a que cuenta con elementos narrativos que logran construir un manga admirable, un primer elemento es el espíritu de este manga, el más sencillo de todos, el origen de todo: divertir a los lectores. Ese es alma de One Piece —y ahí está su fortaleza—, y es la razón por la que ha merecido tanta aceptación desde 1997 hasta hoy.

Si algún lector desconoce One Piece, podría reseñársele como la historia de un joven que se aventura a buscar un tesoro escondido en algún lugar del mundo. Pero no se trata de un simple explorador. Él mismo se hace llamar pirata, aunque no tiene un barco ni una tripulación, y mucho menos tiene idea de cómo navegar de un lugar a otro. Después de varios capítulos consigue un primer aliado, más tarde consigue dos miembros más y un barco.

Luffy —el personaje central—, Zoro, Nami, Ussop y Sanji salen al mar junto al Going Merry —su barco—, luego de derrotar a varios piratas renombrados y de abofetear a algunos marinos de mediana importancia en un mar llamado East Blue, desde ese momento son llamados los Mugiwaras o la banda de los sombreros de paja, puesto que Luffy lleva consigo un sombrero muy importante para él.

Esta introducción concluye con dos datos importantes: el mundo de One Piece está dividido en cuatro mares, y cada isla vive una realidad cultural, temporal, climática, tecnológica, social y racial muy diferentes. El segundo dato es la conformación de los Mugiwara, luego de 1058 capítulos, Luffy navega acompañado por nueve miembros: Chopper, Robin, Franky, Brook y Jinbe, quienes se suman a los ya anteriormente mencionados.

Eiichiro Oda es el autor de este manga, pero antes de lanzarlo hizo parte del equipo de Rurouni Kenshin. Como artista fue influido por Akira Toriyama y su Dragon Ball, del mismo modo, reconoce que haber publicado One Piece en la misma época en que inició Naruto le motivó a dar un mejor esfuerzo y competir sanamente con Masashi Kishimoto. Bleach, Naruto y One Piece fueron llamados los tres grandes, pues fueron los shonen con más fanáticos en aquel tiempo.

Cualidades de One Piece

Oda es reconocido como el excelente mangaka que es, ya destacábamos que lo mejor de One Piece es que desea divertir a todos. El segundo elemento es la elaboración de personajes profundos, con la capacidad de influir en el curso de la historia. Todos y cada uno de ellos son personajes inacabados, nunca puede darse por sentado que Oda ya ha dado a conocer a plenitud a todos sus personajes. El autor ha afirmado que cualquiera de sus personajes podría ser el protagonista.

Un tercer elemento a favor de One Piece es que toca el corazón de los lectores, logra involucrar al corazón de sus lectores. Si bien los shonen siempre consiguen desarrollar momentos épicos, estos momentos pueden ser más relacionados con el heroísmo o la espectacularidad de la escena. One Piece logra dar esos momentos, pero Oda va más allá de eso, Oda logra desarrollar una gama de emociones relacionadas con la empatía.

Un cuarto elemento es la posibilidad de ver algunas similitudes con fenómenos de nuestra realidad o de la historia de nuestras civilizaciones. Es decir, la era pirata vivida en One Piece tiene un contexto, tiene un transfundo, tiene un mundo vivo, un mundo activo; pese a ser una obra ficticia, el lector puede llegar a preguntarse cuánto de esto está ocurriendo en el mundo: hablamos de la esclavitud, el hambre, la tiranía, las ambiciones políticas, entre otras.

Un quinto elemento es el misterio; Oda ha creado una narrativa en la cual siempre hay algo que descubrir, y aunque poco a poco revela información, en One Piece hay muchas incógnitas que Oda ha guardado para la etapa final del manga: ¿Qué es exactamente el tesoro One Piece? ¿Qué ocurrió en el Siglo Vacío? ¿Qué significa la letra D en los apellidos de algunos personajes? ¿De dónde provienen las Akuma No Mi?

Arte

El estilo de dibujo de Eiichiro Oda se corresponde con la motivación de entregar diversión por parte del artista, a través de su dibujo encuentras que en One Piece nada es absolutamente serio —cualquier personaje puede ser divertido—, y nada es absolutamente burlesco —cualquier personaje aparentemente ridículo puede cargar un dolor profundo en su corazón—, pero ante todo el arte de Oda es un estilo libre y sin complejos.

Por supuesto, a lo largo de estos veinticinco años el pincel de Eiichiro se ha vuelto más estilizado, algo que no desentona para nada puesto que One Piece incluye un salto temporal de dos años, durante el cual los personajes alcanzan una nueva etapa de madurez y es perfectamente aceptable todos los cambios de apariencia física.

Leer la extensa cantidad de capítulos de One Piece vale la pena. Gracias a la era de las comunicaciones iniciadas por la web 2.0, One Piece comenzó a compartirse a lo ancho del mundo, publicado, irónicamente, en páginas web piratas. One Piece es traducido por aficionados al tagalo, hindi, alemán, francés, español, portugués, ingles, italiano, y una larga lista de idiomas; simplemente esta es una obra de alcance mundial.

Simultáneamente, One Piece es un fenómeno de las plataformas de video, podcasts, blogs, foros y fandoms, parece que todos tienen algo que decir sobre el manga de Oda. Existen decenas de teorías que intentan descifrar los misterios que aún rondan el mundo de los Mugiwara. Cada fanático tiene su arco argumental favorito, y qué decir del mercadeo, o los records de ventas que superan las cifras alcanzadas por los comics de Batman.

No se puede resumir One Piece en unos cuantos artículos, han quedado por fuera una lista de detalles, argumentos, escenas, momentos, lecciones artísticas, chistes, aclaraciones, cifras, noticias de adaptaciones, obras derivadas, curiosidades, impacto social y tantas cosas más, producto de 25 años de arduo trabajo para Eiichiro Oda, compilados en más de cien volúmenes. El mangaka iniciará la saga final próximamente, aún queda tiempo para disfrutar de One Piece.

Imágenes: Todos los derechos reservados a Eiichiro Oda y editorial Shueisha.