Mejor así, un cuento de Rubén Darío Álvarez
Dentro de dos meses cumpliré cincuenta años. Todavía no los tengo, pero desde que comenzó enero empecé a sentirme como si ya los tuviera, como si un manto de trascendentalismo me cubriera lentamente desde la cabeza hasta los pies. Podrá sonar muy obvio, pero me presiento más adulta, más experimentada, más sustancial, más serena.