La resistencia de una persona anónima no cambia la historia
Escrito por Carlos A. Yepes Payares
A hidden life es un film de final de 2019 e inicio del 2020, los no muy distantes tiempos del coronavirus. Esta es una de las causas por las que no consiguió mayores cifras en taquilla y se estancó en 4,2 millones de dólares. Mas olvidando el resultado económico, A hidden life se construye sobre los conflictos que conlleva la fidelidad a las creencias propias y la objeción de consciencia; un dilema, que en este caso, se convierte en un asunto de vida o muerte.
Esta cinta de Terrence Malick se centra en la historia de Franz Jägerstätter, un campesino austriaco que fue llamado a servir en el ejército alemán durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Jägerstätter realiza un periodo de entrenamiento en el uso de bayonetas y en combate a campo abierto. Esta primera etapa concluye con el regreso de Franz a su casa, continuando su vida al lado de su esposa y sus tres hijas. Había vuelto a su hogar, en una pacífica montaña, pero la guerra escalaba por toda Europa y estaba lejos de llegar a su fin. La figura de Adolf Hitler empezaba a ser idolatrada y contemplada como la de un rey incuestionable al que se le seguía sin refutar. Pero no todos tenían el imaginario de ese líder perfecto. Otros asociaron a Hitler como un personaje diabólico: un anticristo.
Jägerstätter es un personaje silencioso, y es aún más silencioso respecto a su pensamiento sobre la guerra, algo que decepciona a sus vecinos. Llegado el momento, Franz se rehúsa a luchar por la bandera Nazi y es entonces cuando comienza esta lucha axiológica.
La visión de Terrence Malick
A hidden life propone el dilema entre obedecer a una fuerza superior y poderosa —el ejército Nazi—, u obedecer los principios morales y éticos que le dicta su consciencia. Para Jägerstätter estos principios se fundaban en su fe católica: no amar y no servir a otros dioses (a Hitler) y amar al prójimo como a uno mismo, a tal punto de que no deseaba empuñar un arma contra los soldados de otras naciones.
La visión de Malick sobre la Segunda Guerra Mundial tiene este sentido espiritual impreso en algunos diálogos; pero no se aleja de la realidad, hay suficientes registros de la persecución a la fe judía o a la cristiana por parte de los Nazis, podría recordarse —por obvio que sea mencionarlo— que los campos de concentración dejaron mártires católicos como el franciscano Maximiliano Kolbe, entre otros muchos.
“¡Ya no somos la madre patria!” “¡¿Qué le pasa a nuestro país?!” son algunos de los lamentos escenificados dentro del film con los que Malick también demuestra que no todo alemán o todo austriaco de la época era partidario de la ideología nacional-socialista que enarbolaba una raza superior a las demás que por derecho natural, lógico, e incluso divino, debía dominarlo todo y a todos.
Franz y Franziska
A lo largo del filme se narran los pensamientos de Franz y su esposa Franziska mediante las cartas que los mantienen unidos a pesar de la distancia. A hidden life logra recoger el precepto del matrimonio como institución, una unidad en la que dos seres se convierten en uno solo. El sufrimiento de ambos se reconvierte en el sufrimiento del otro. La cinta está basada en hechos reales.
… el bien en el mundo depende en parte de actos al margen de la historia y muchos héroes descansan en tumbas que nadie visita.
Si la vida para Franz se había vuelto difícil tras negarse a servir a las fuerzas militares, para Franziska no fue nada diferente. Eran parias para los aldeanos de su pueblo. Los aldeanos proyectan en Franziska aquello que quisieran lanzar sobre Franz.
La sensación de que la historia se conecta por medio de cartas, es un elemento que enriquece el clima de la película, refleja la incertidumbre que se ha creado con la distancia entre la pareja. La angustia de enviar una carta y de esperar que en algún momento llegue una repuesta.
A hidden life podría tener más de un defecto, pero quizá el más notorio es la longitud del filme: 2 horas y 54 minutos de duración.
A parte de este conflicto interno que vive Franz Jägerstätter, se insiste en que la resistencia de una persona anónima no tiene ningún valor para cambiar el rumbo de la historia. Tal como lo cita durante el film: el bien en el mundo depende en parte de actos al margen de la historia y muchos héroes descansan en tumbas que nadie visita.
Imágenes: Cortesía.