El evangelio de los perros, un cuento de Rodolfo Lara Mendoza
Lo demás era noche cerrada. Silencio en el que no tenía cabida voz humana alguna, aquel engreído juguete de Dios que desde hacía tiempo yacía hecho pedazos. Los perros, en cambio, seguían incólumes.
Cuatro poemas de Nicol A. Barria-Asenjo
Ser convocado en torno a la literatura de Barria-Asenjo se parece a un desembarco con lluvia para el cual hace falta girar y examinar lo que pensabamos establecido y sólido.