Poesía

Un empeño en hacer analogías, tres poemas de Maitalea Fe

Cursi no es ese el adjetivo con el que quiere ser definida la poetisa Maitalea Fe, quien a través de su prosa poética representa algo más que sentimientos, percepciones y creatividad. De la ausencia de las cosas es el título del poemario que le hizo ganadora de uno de los estímulos a la literatura, otorgados por la alcaldía de Barranquilla, su ciudad natal, en 2018. 

Mayteé Cecilia Fuentes Álvarez, nacida en 1991, es egresada de la Universidad del Atlántico. Máster en Estudios avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Barcelona. La poesía le ha llevado a recorrer Colombia, y sus poemas han sido publicados en las revista Aurora Boreal de Dinamarca y Recours au poème de Francia.

¿Cuándo decidiste apostarle al arte, a la escritura? ¿Recuerdas a que edad supiste que tenías talento y pasión por las letras?

A los 9 años empecé a escribir canciones, no era buena, pero tampoco para los cuentos. No obstante, a los catorce sabía que quería ser escritora y no fue sino hasta los 18 que empecé a escribir con juicio; aunque algo que nunca sospeché, porque nunca leía poemas. Talento no tengo mucho, me toca trabajar un texto y leer.

¿De qué alimentas tu escritura?

Alimento mi escritura de otras escrituras, de frases que escucho, de experiencias personales y de un empeño en hacer analogías entre la gente y cualquier elemento de la naturaleza o del sistema que me resulte pertinente.

El artista pasa muchas etapas, algunas veces comienza siguiendo los pasos de alguien con quien se identifica,  por estilo o por otras características.  ¿Tuviste una etapa inicial en la que tuvieras en cuenta los escritos y escritores que leías? O, ¿siempre te has sentido independiente de esa clase de influencias?

Canciones y poemas hacen parte del género lírico. Debo decir que la Shakira pre-2013, La Oreja de Van Gogh y Benedetti están en la misma bolsa inicial. Bukowsky, Rómulo Bustos y Frank Báez llegaron después. No creo que mis escritos reflejen demasiado de ellos. No tengo ese nivel, ni por asomo, pero son los que me gustan.

¿De dónde viene tu interés en el arte? ¿Hay un gen artístico en tu familia?

Mi familia es gigante, muchos de sus miembros pintan y escriben, pero gran parte de ellos han desplazado tales habilidades al lugar de hobby. Son muchos integrantes, unos 400 entre madre y padre. A saber yo si alguno ha publicado. Supe de una primita lejana que grabó un CD musical y sé de un tío cercano que compuso una canción vallenata que también fue grabada. Talento hay, aunque quizá temor o desinterés por seguir. 

¿Cuál es tu norte? Ese lugar al que siempre miras, esa idea que siempre defiendes.

Mi norte es lo interdisciplinal en el arte y que, mientras sea docente, la educación cohabite con ella. Y viajar haciendo arte. 

Otras Inquisiciones comparte tres poemas. Una generosa muestra de la nueva literatura del Caribe colombiano en la pluma viajera de Maitalea Fe.


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Zootopia

Este pueblo anda como murciélago

que no ve ni su poder ni su propia fauna

haciendo caso omiso a los escasos sabios que,

cual jaguares de la selva, solitarios y taimados

saben cazar a estas anacondas adultas camufladas

entre rocas y arena.

Aunque todavía son algo animales estos sabios,

algunos tienen la inocencia del saíno

y el canto de un ave a punto de extinguirse

como la desconocida perdiz colorada

o como la esmeralda de Chiribiquete

raro colibrí que de seguro

los aborígenes durante siglos sí han apreciado.

Desde el caracol de la televisión

y otros sujetos de la radio nacional

que zumban cual insectos

hasta los políticos que, riendo como la hiena

encubren su falso corazón

este pueblo está dirigido y compuesto por bestias

aunque se pavonee de su supuesta civilización.

Pero los sabios son sus oponentes,

estrategas con ojo de águila que viendo más allá

de su ego, oh gracias Pacha Mama,

pueden saber dónde se encuentra el león.

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Que ya no tiemble como impresora vieja

cuando siquiera besas los botones de mis mejillas.

Que ya no me duela cuando paso por el barrio Los Pinos

recordando la esquina muda, la minifalda de mis sentimientos.

Que tu perfil de modelo de American Eagle

no sea la portada de mis calcinados sueños de pasarela.

Que tus voz de metal industrial,

tus lágrimas en el concierto de Pink Floyd

y tus planos arquitectónicos no haya visto de cerca

no significa que no siga mencionando tu nombre

como menciono a Jesús cuando me alegro o tengo vergüenza.

Aunque ha disminuido el número de veces

permanece el brillo etimológico de todo,

todo cuanto susurraste.

Estemos enredados o disueltos, no quiere decir

que no te quiera.

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Probablemente, provengo del linaje de Caín

de ese que ofreció a Dios lo mejor que tenía,

su hermano Abel.

Soy un hombre mal juzgado.

La firmeza de mi carácter

me impide bajar la cabeza ante otro

que apenas si puede alzar la suya.

Mis robos no fueron más que frutos de mi osadía

viví bajo el yugo de individuos que se dicen justos

y toman para sí las mejores cosechas.

¿Trabajar? En cierto tiempo fui honrado y de ello

solo recibí latigazos y no victorias.

No hay bondad en el corazón de ningún humano.

Él se esfuerza para dar placer a sus ojos.

¿Por qué habría, entonces, de arrepentirme

de aquello que hurté para satisfacción de los míos?

Todavía me resta ver cómo un cuervo

devora los ojos de este fatuo

que ni aun siendo rey de burlas y estando a mi lado,

acepta su derrota.

Medito nuevamente acerca del poder de las generaciones

¿Soy un descendiente de Caín?

¿Soy como él que, ante la incomprensión de una orden

fue tomado por malvado?

Tengo al menos la certeza

que más lo fue quien exigió holocaustos

y aunque siendo Dios nada necesitaba

hoy sacrifica con propósito incierto

a su supuesto hijo,

entre malhechores.