Wir vermissen dich, un cuento de Andrés Pinzón-Sinuco
La pastora protestante, una pelirroja con cara de estudiante virgen, se refirió a Jutta como la «compañera de vida» de Gernot. Lebenspartnerin, dijo.
En defensa, un relato corto de Ruben Darío Álvarez
El muchacho puso a un lado la mochila de guayabas maduras que traía para Negrita y se dedicó a acariciarla como queriendo atajar las zancadas de la muerte...
A primera vista, un cuento de Camila Luque Rozo
Lo vio rodeado de un halo de luz blanca que lo asemejaba a un ángel. Lo vio, pero no podía ver nada, ya lo sabía. «¿Qué ha pasado?», se preguntó.
Sin reversa, un cuento de Jhoanna Bolívar
Su habitación tenía barrotes en la entrada y una puerta de acero que sólo se abría externamente. Camila no era la única atrapada en aquel burdel subterráneo, había otras treinta chicas de entre doce y diecisiete años.
Don Alvio, Caballero de El Cid; un cuento de Jaime Arturo Martínez
Todos conocemos las tribulaciones sufridas por los restos mortales del Campeador, a quien finalmente sepultaron junto a su esposa en la catedral de Burgos. Mas no se conoce la suerte del cuerpo de Don Alvio.
Cuadrúpedo amor, un cuento de Ana María Ortega
Por primera vez, domada por el placer, entre los dedos cursados del finquero, Martha conoció la delicia. Probó el deleite y se sació de la esperanza que da el amor correspondido, entregándose a diario, sin oposición y sin reservas.
Las dos caras de la moneda, un cuento de Jaime Arturo Martínez
Su afición era la lectura de poesía y a sus manos llegó un ejemplar del poemario Les deux côtes de la pièce de monnaie, celebrado por la crítica francesa por su atildado y exquisito estilo clásico, de la autoría de Signoret.
En la lista de espera, un cuento de Ernesto Taborda Herrera
A su cerebro llegó un mensaje desde aquel planeta azul que tanto admiraba, pero que poco a poco estaba poniéndose rojo, a tres millones de años luz y en el cual tenía algunos amigos.
24 disparos, un cuento de Laura Barragán Arteaga
Quise abrazarlo, quise estar allí, no como la niña que tiene que cuidar, sino como la mujer de treinta años que ahora soy y que abraza a un niño con la añoranza de ese hijo que nunca va a poder tener.
Ruptura, un cuento de Rubén Darío Álvarez
El cielo estaba oscureciendo cuando mis ojos observaron fijamente la espalda, el caminar, las piernas y el cabello ondulante de la mujer que había desgastado buena parte de su vida tratando de ser la mejor esposa del mundo.