Veinticinco años de transigir, un texto de Henry Ortiz Zabala
Después de cierta edad, digamos, un cuarto de siglo, lo único que haces es forjar una mueca obscena sobre tu rostro, te sale del fondo de la vida y se instala allí, en tu cara.
Revista Cultural
Después de cierta edad, digamos, un cuarto de siglo, lo único que haces es forjar una mueca obscena sobre tu rostro, te sale del fondo de la vida y se instala allí, en tu cara.