El ferrocarril del placer, un cuento de Eduardo Viladés
El cuarto mandamiento (honrarás a tu padre y a tu madre) me había jodido la vida y yo me había dejado. Pero a veces, sin darte cuenta, alguien aparece en tu camino para ponerlo patas arriba, un revulsivo que te hace despertar de la pesadilla.
Sueños de película, un cuento de Eduardo Viladés
Es una mujer guapa, inteligente, de esas de rompe y rasga, cautivadora, aunque su principal problema es que no se lo cree y se boicotea continuamente.
El mendrugo de Velamazán, un cuento de Eduardo Viladés
Cuando creció se trasladó al pueblo animada por la verdad que la panadera le había enseñado, la verdad de lo auténtico, la verdad del aire vivido por nuestros antepasados que, como un boomerang, se manifestaba de lleno en la muchacha.
Mujeres de cartón, un cuento de Eduardo Viladés
Adosado, marido aburrido que follará sin quitarse la camisa de Pedro del Hierro, una docena de niños, jardín, barbacoa y paella. ¿Qué es esto? ¿Illinois años 50?
El regalo, un cuento de Eduardo Viladés
Luis decía que era feliz a pesar de haberse instalado en la monotonía y haberse olvidado de la magia, de la vida convertida en circo con dos payasos medievales buscándose el uno al otro a pesar del foso de los leones.