God Save the Queen!; un cuento de Iván Medina Castro
Llegué a Vancouver a mediados del año con la convicción de triunfar en esta provincia sin historia, o cuyo pasado remoto se concentra en la presencia totémica de sus primeros pobladores.
La Navidad del conde, un cuento de Ernesto Taborda Herrera
Faltaban pocos días para la Navidad, y aquella se respiraba triste y solitaria, como muchas anteriores, para el enigmático conde.
Otra luz, un cuento de Pablo Concha
Creyó escuchar, muy lejos, una sirena. Sus párpados descendieron una vez más. La luz había virado a un tono grisáceo, fogonazos amarillos y naranja destellaban a los lados y se apagaban.
Un día en la vida, un cuento de Ruben Darío Álvarez
A propósito, ella llegó a esa casa cuando apenas era una pelota de hilos negros y abundantes. Era regordeta y con un camino blanco trazado desde la parte inferior del cuello hasta el inicio de la barriga.
El corredor de Burundi, un cuento de Alejandro García García
Atrapado en las amarguras del pueblo murió asesinado un mal día. A la semana que estuve compitiendo a contrarreloj con otros atletas, juraría haberlo visto en los ojos de mi vecino. Con pasos largos, inconstantes, y esa pícara mirada apretada.
El hombre sin sombra, un cuento de Mary Atencia
La voz de Pedro la sacó de su monologo interno. Alzó la vista hacia donde él estaba señalando. No necesitó de mucho para saber que no era un sujeto, era aquella forma, aquel ser que la había asustado.
Las lluvias del sur, un cuento de Rubén Darío Álvarez
Jugando y riendo con los niños de la cuadra, quienes se complacían en deslizarse sobre las baldosas que la lluvia volvía resbaladizas, mientras por las calles corrían, haciendo bulla.
El gato que iba a su aire, un cuento de Rudyard Kipling
La mente de uno de los mejores cuentistas del siglo XIX nos ofrece una ficción del principio de los tiempos, cuando los animales todavía eran salvajes.
A las seis de la mañana podría parecer tarde, un cuento de Jaime Arturo Martínez
Al día siguiente, la encontré vestida con un camisón de los que usaba mamá para estar en casa. Había peinado sus largos cabellos y su semblante era vivaz y luminoso.
Candela, un cuento de Camila Luque Rozo
Ella no veía nada, pero lo sentía. Sentía a su parejo respirándole en el cuello, susurrándole al oído, quemando todo frente a sus párpados cerrados. La muerte bailaba con ella...