Jalila me está esperando, un cuento de Rubén Darío Álvarez
Jalila, irradiando la clase de siempre, no lograba ocultar el maltrato de la nostalgia. Pero, sin tapujos, como era su estilo, le hizo saber al pianista lo espinosa que resulta la soledad cuando el enamoramiento envenena la vida.
El tatuador de artistas
La punzada se retrae y avanza repetitivamente generando una mezcla de tinta y sangre similar a una herida. El dolor -dice Erick Del Castillo- es similar al de una cauterización.
Cartagena en una crónica rapé
Si rapé no es un color, a muy pocos les importa, una ciudad tan única y tan viva como la heroica no puede ser narrada desde un color cualquiera, pues tiene el suyo propio, ilústrese a Cartagena en una crónica rapé.
Where’s Martha?, un cuento de Mary Álvarez
El chico agarraba el arroz y la carne con las manos, además de que las devoraba con una lentitud algo exagerada.
Mi madre Alicia, Gabo y el frío de Zipaquirá
Obtener una beca en Zipaquirá, diría luego Gabo, fue como ganarse un tigre en una rifa. «El colegio fue un castigo y ese pueblo helado fue una injusticia», le dijo Gabo a un suplemento literario en Madrid, España.
Sevilla tiene un color especial
El Guadalquivir ennegrece pese al claro de luna. Ha sido un día complejo, colmado de texturas y luces y sabores; uno de mis recuerdos más nítidos, ahora, cinco años después, cuando escribo esto que aquí les cuento.
El discreto sobandero de Cartagena
Un gran historial de aciertos y milagrosas intervenciones lo precede. Anda de un lado para otro “componiendo” a los accidentados y, en algunos casos, revitalizando a los pacientes de casos clínicos cuyos traumatólogos han dado por perdidos.
De Caimán viejo hasta Enrique Perro, un cuento de Oscar Corrales
Entonces estaba surcando mares y lanzando una atarraya que luego recogía con habilidad cargada de peces y tuvo en ese momento unas profundas ganas de orinar y despertar, pero sentía que no podía hacerlo, porque estaba preso en un sueño que no era el de él.
La Navidad del conde, un cuento de Ernesto Taborda Herrera
Faltaban pocos días para la Navidad, y aquella se respiraba triste y solitaria, como muchas anteriores, para el enigmático conde.
Un día en la vida, un cuento de Ruben Darío Álvarez
A propósito, ella llegó a esa casa cuando apenas era una pelota de hilos negros y abundantes. Era regordeta y con un camino blanco trazado desde la parte inferior del cuello hasta el inicio de la barriga.