
Botas de libertad en Logroño
Escrito por Eduardo Viladés
Me habría gustado pedir al taxista que me llevara a un tiempo en vez de a un lugar, convencerle para que atravesara Old Compton Street y me dejase a tiro de piedra de Picadilly, agarrarle por detrás y que viese mi mirada, aviesa pero triste, la de unos ojos que lloran sin derramar una sola lágrima porque aquel Londres de antaño ha desaparecido de un plumazo. Cuando una se ausenta durante demasiado tiempo se tiene la sensación de que el mundo se ha detenido, pero no es así, sigue girando, aunque gira de modo erróneo, como una noria con herrumbre en sus radios.
Así me sentía ese mes de julio de 2005 antes de entrar en el cine para ver Kinky Boots, que en España se tradujo como Pisando fuerte.
«Price and Sons» es una fábrica tradicional de zapatos masculinos situada en Northampton. El padre de la familia Price muere, dejando al cargo del negocio a su hijo Charlie. Cuando se pone a trabajar y a hacer números, se da cuenta de que ha heredado una empresa al borde de la bancarrota. Cree que ya todo está perdido, pero su vida se cruza con Lola, una peculiar travesti que protagoniza un espectáculo de cabaret. Ella y sus compañeras tienen serios problemas para encontrar su talla en esas botas altas de plataforma. Una oportunidad para que la fábrica de la familia Price salga a flote.
Ese era el argumento de la película, un poco como mi vida. Una de las cosas más importantes que alguien puede hacer por ti es abrirte los ojos. La mayoría de la gente con la que elijo quedarme tiene esa capacidad y la ejerce sobre mí sin percatarse de su efecto transformador. Por eso sigo contando con ellos, porque mi rebelde naturaleza no fusiona bien con prejuicios que se encubren en consejos, con dogmas que se disfrazan de certezas absolutas y con radicalismos que enmascaran iras individuales no resueltas. A todas estas personas les doy las gracias por contar conmigo y por dejarme sentir esa independencia entre pensar y actuar que provoca la forma más alta de vida.
Justo lo que pretendía la película que vi en ese Londres del pasado y lo que consigue el musical Kinky Boots, que arriba a Logroño este sábado 21 de junio a las 20:30 h en Riojafórum.
Tras su éxito en Broadway y su paso por Madrid, el musical lleva de gira por España desde octubre de 2004. Aclamado por la crítica, el texto es de Harvey Fierstein y la música y letra de Cyndi Lauper. Dirige Silvia Villaú y produce Theatre Properties.
La existencia ordinaria no me interesa, de ahí que me guste rodearme de personas que brillan, que tienen luz propia, que te miran a los ojos durante minutos interminables que no quieres que acaben nunca, que te acarician y hablan con la mirada sin necesidad de verbalizar lo que sienten. Por eso animo a todos a que no se pierdan Kinky Boots, porque hay que tener un par de botas para cambiar todo tu mundo (no importa que no encajen en los pies de los demás, que se jodan, lo relevante es que te encajen a ti), porque podemos dejarnos llevar por las canciones de Cindy y la resiliencia del argumento.
Tras su estreno en 2012 en el Bank of America Theatre de Chicago, Kinky Boots dio el salto a los escenarios de Broadway, donde fue galardonado en 2013 con 6 Premios Tony (incluidos Mejor Musical y a la Mejor Música Original) y realizó más de 2.500 funciones a lo largo de 6 temporadas.
A partir de entonces Kinky Boots no ha parado de representarse a lo largo de todo el mundo y ha sido traducido a multitud de idiomas. Reino Unido, Alemania, España, Argentina, Australia, Canadá, Irlanda, Italia, Japón o Suecia son sólo algunos de los países donde se ha representado este musical.
La garra de Joel Edgerton (El gran Gatsby) y Chiwetel Ejiofor (12 años de esclavitud, nominado al Oscar como mejor actor) la vemos en un elenco protagonizado por los principales artistas del teatro musical, encabezados por Carlos Benito (Charlie) y Tiago Barbosa (Lola).
Todo ello, música de calidad, bailes de infarto y ansias de libertad, este sábado 21 de junio a las 20:30 h en Riojafórum.