Un final de liga desordenado y dos copas con final decepcionante
Bogotá fue el escenario de la final de la liga colombiana de fútbol, el pasado 12 de junio de 2019. Junior retuvo el título de campeón después de un semestre con puntos altos y puntos bajos en cuanto a desempeño futbolístico, especialmente la racha perdedora en el Grupo F de la Copa Libertadores 2019, en donde solamente sumó una victoria ante San Lorenzo de Almagro y perdió los restantes encuentros ante Palmeiras, Melgar y el mencionado equipo argentino.
Atlético Nacional, Deportivo Independiente Medellín, Deportes Tolima, Once Caldas y Deportivo Cali, equipos que también obtuvieron un lugar en las copas continentales, al igual que Junior, defraudaron las expectativas de los espectadores y de los fanáticos colombianos, al quedar eliminados de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana en las primeras fases de ambas competencias.
Equidad, el equipo bogotano ha sido el único sobreviviente de esta oleada de tropiezos del fútbol colombiano en el concierto internacional. Sin embargo, el equipo asegurador no carga sobre sus espaldas la obligación de perseguir el título de campeón de la Copa Sudamericana, torneo en el que se encuentra compitiendo.
Las campañas negativas de los clubes colombianos en el fútbol sudamericano en el año pasado y en el presente año contrastan con los logros obtenidos por Santa Fe, campeón de la Sudamericana en 2015, y Nacional, campeón de la Libertadores en 2016, finalista de la Sudamericana en el mismo año; contrasta también con el Junior semifinalista de 2017 de la Sudamericana, y subcampeón del mismo torneo en 2018.
Colombia parecía acostumbrarse a imponer su buen fútbol en los últimos años a escala internacional con Atlético Nacional en las semifinales de la Sudamericana de 2013, el subcampeonato del mismo equipo en 2014 en la misma copa, el título de Santa Fe en 2015 en la Sudamericana; 2016 fue el año en que Nacional repitió campeonato de Libertadores, el mismo año el equipo paisa clasificó a la final que jamás se jugó por la lamentable muerte de los jugadores de Chapecoense, en el siniestro aéreo en Antioquia.
En 2017, Junior llegó a la semifinal de la Sudamericana, perdiendo ante Flamengo la posibilidad de disputar el título, pero en 2018 consiguió abrirse paso hasta la final del mismo torneo. El equipo barranquillero igualó los dos juegos por 1 a 1, y finalmente perdió en los cobros desde el punto penal. Pese a la derrota, el fútbol colombiano había conseguido mantener una seguidilla de buenos desempeños en el ámbito continental. Después de los primeros seis meses de 2019, la buena era iniciada en 2013 parece derrumbarse, ¿por qué?
Desorganización
La constante falta de planificación en la estructura del torneo colombiano ha dado lugar a la insatisfacción de los espectadores, los analistas y los mismos deportistas. Es probable que en esa desorganización se encuentre la mayor razón de que los equipos colombianos se muestren débiles en las competencias internacionales.
Punto uno. El sistema de clasificación y eliminación de la Liga Águila (cuadrangulares o eliminación directa) implica que el grupo de equipos terminen el año o el semestre más tarde que los equipos eliminados en la fase de todos contra todos. Los plazos de pretemporadas, entre torneo y torneo, se acortan o son inexistentes para los equipos que llegan a la final.
Esto da origen a la irregularidad en el nivel de los equipos. La puesta a punto del estado físico se vuelve un reto más. Este factor también da lugar a lesiones musculares y bajos rendimientos.
Punto dos. Los clubes afrontan una agenda de competencia apretada. Suelen juntarse las fechas definitivas de cada torneo nacional con fechas importantes de los torneos internacionales. Reiteradamente los equipos se ven obligados a postergar encuentros y retrasar las fechas de la liga o a afrontar los encuentros con equipos suplentes.
Los calendarios de la liga colombiana suelen confeccionarse sin tener en cuenta los calendarios internacionales, de modo que pueden encontrarse fechas en la que se superponen juegos locales y continentales con escasas horas de diferencia.
La liga que ha finalizado se cruzó con el calendario de la Copa América a disputarse en Brasil; Millonarios, América, Deportes Tolima, Deportivo Cali y Junior debieron ceder a jugadores de las selecciones Venezuela y Colombia, cuando aun disputaban la entrada a la final del torneo apertura. La División Mayor del fútbol colombiano es la responsable de haber organizado un torneo tan extenso que al final se vio afectado por las convocatorias de las selecciones a Copa América.
Punto tres. La permisividad de la División Mayor del fútbol colombiano en aspectos estructurales: escenarios deportivos sin camerinos adecuados y sin iluminación artificial para encuentros nocturnos, equipos con deudas salariales.
Punto cuatro. Procesos interrumpidos o ausencia de éstos; indiferentes al formato de un torneo corto o largo. En la realidad del fútbol imperan los resultados inmediatos sobre los procesos a mediano y largo plazo.
La racha ganadora del Atlético Nacional iniciada en 2013 y consagrada en la Libertadores de 2016 contó con un equipo base, pocos cambios en la nómina, inversión económica y sólo hubo relevo de un director técnico, Reinaldo Rueda sustituyó a Juan Carlos Osorio. Comúnmente, los equipos profesionales desechan entrenadores luego de unas pocas semanas de trabajo.
La liga colombiana cuenta con siete equipos grandes, llamados a ser campeones a nivel nacional y dar el mejor esfuerzo por conquistar la mayor cantidad de logros internacionales posibles: Santa Fe, Millonarios, Deportivo Cali, América, Atlético Nacional, Independiente Medellín y Junior, sin embargo las estructuras de cada equipo son diferentes, la organización interna es distinta en cada caso, los planes de ruta e inversión también son distintos de una institución a otra.
Conquistas internacionales de los clubes colombianos
Atlético Nacional es el equipo más destacado en torneos internacionales, se contabilizan dos copas Libertadores (1989 y 2016), dos Merconorte (1998 y 2000), una Recopa (2017) y dos copas Interamericanas (1990 y 1997). Santa Fe cuenta con una Copa Sudamericana (2015) y un Suruga Bank (2016). Once Caldas se adueñó de la Copa Libertadores 2004. Millonarios (2001) y América (1999) poseen una Merconorte cada uno.
Colombia también ha figurado en los segundos lugares de competencias de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol. América se ha resignado a cuatro subcampeonatos en Libertadores (1985, 1986, 1987 y 1996) Deportivo Cali también ha ocupado este lugar en dos oportunidades (1978 y 1999).
Atlético Nacional fue segundo en Copa Sudamericana en tres ocasiones (2002, 2014 y 2016), Junior (2018) también tiene un subcampeonato en el mismo torneo.
Menos desorden e improvisación
Nada puede asegurar que la modificación del formato de la liga profesional dé como resultado una serie de exitos internacionales para los clubes colombianos, sin embargo es necesario y conveniente que la organización de la liga sea más ordenada y menos improvisada.
Otro punto a favor de hacer un torneo menos enmarañado es evitar las suspicacias, como la molestia generalizada en Colombia por la modificación de la localía del Deportivo Pasto, equipo finalista del torneo apertura 2019 que se vio obligado a disputar la final ante Junior en la capital del país, luego de jugar todos sus partidos en Ipiales.
Ipiales fue refugio pastuso mientras que el estadio La Libertad es sometido a refacciones en la capital nariñense. La controversia empañó al espectáculo y desnudó nuevamente uno de los peores males de la liga: la desorganización.
Fotografía: Atlético Paranense - Junior, final de Copa Sudamericana 2018, Revista Semana