Volver a casa, un cuento de Amelia Beatriz Bartozzi
Aquella noche estrellada en la ciudad de Rosario, entre el fulgor de las risas y el paso apurado de la gente que pasaba a su lado sin verlo, aquél hombre triste y melancólico, caminaba sin rumbo, con la mirada perdida, abatido por la soledad y el abandono.
El juego, un cuento de Mary Atencia
Nos tenemos que sentar en círculo. Con una mano nos tapamos el lado de la cara y con la otra tocamos el rostro pintado de una persona y decimos su nombre para hacerla participe del juego.
Tasa rota, un cuento de Janer Villanueva
Cartagena es negra como el alma sus gobernantes, el límite de la conciencia y los recursos están pensados hasta donde el color de la piel se carameliza.
El tormento de la esperanza, un cuento de Villiers de l’Isle-Adam
Mañana formaréis parte del "auto de fe"; es decir, seréis expuesto en el quemadero, hoguera precursora de la Llama Eterna. Bien sabéis, hijo mío, que no quema sino al cabo de cierto tiempo y la Muerte tarda en llegar al menos dos horas (frecuentemente tres) debido a los paños mojados y helados con los que procuramos proteger la frente y…
Reencuentro inesperado, un cuento de Johann Peter Hebel
Sacaron de entre escombros y agua vitriolada, desde sus buenas trescientas varas bajo el suelo, a un joven envuelto por completo en un bloque de vitriolo, incorrupto e inalterado pese a ello.
Sólo por hoy, un cuento de Laura Barragán Arteaga
Los días felices de la vida adulta son así. Crees que todo será espléndido y maravilloso, y cuando te das cuenta son sólo un par de momentos llenos de júbilo, contrastados con años de tedio y sin sentido. Sí, nos han estafado.
La máscara de la muerte roja, un cuento de Edgar Allan Poe
La «Muerte Roja » había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre.
El Ángel de Flor, un cuento de Indira Ariza Pérez
Los sueños y los presagios. Matrimonio, fiesta y manos frías. Soñar con estos temas dicen que significa la muerte de un ser querido.
Mi libro, un cuento de Sebastián Grasso
Nos pusimos en marcha entonces rumbo al viejo puente de la ciudad, camino a mi hogar. La caminata era lenta, pero constante. Algo dentro de mí, me impedía ir más rápido. Ella parecía no tener apuro alguno.
Ndiamy, un cuento de Jaime Arturo Martínez
En adelante, la entrenaron para que arreara agua desde el aljibe hasta la casa, lavara ropa, realizara las compras en el mercado de El Hoyo; y ella, por su parte, se dedicó a confeccionar un amuleto.