María, Marilú, Lulú; un cuento de Marta Leonor Puey
La mujer y el bebé dormían. Se acostó. Cuando se la trajeron envuelta en la mantita blanca, pidió tenerla en los brazos, quiso reconocerse en la carita que acarició con su dedo índice.
Esther, un cuento de Marta Leonor Puey
Era 1960 y en el barrio nos conocíamos todos. Temprano entró Trujillo al inquilinato, no se detuvo ante los vecinos que, consternados, comentaban el suceso; habían encontrado a Esther con un tiro en el pecho. Subió a la piecita impasible y sin preguntar.
Telarania, un relato de Marta Leonor Puey
Entré a la otra habitación donde estaba la cama para las visitas y me acosté. Los grillos seguían chillando, algunas ranas les contestaban, el aire se colaba por la celosía.
¿Cómo vas a explicar un beso?
—Fíjate que el otoño es filtro de todo lo que germina en primavera, crece en verano y decanta en otoño. —Sentados en el cordón de la vereda le digo a mi amigo creyendo que me lo va a entender—. Hasta en la gente lo ves, en la cara de las personas, ¿no me digas que no te diste cuenta?
Juana, una buena mujer; un relato de Marta Leonor Puey
Hoy a la mañana Erica con el marido fueron los primeros en llegar, Juana recibió su saludo indiferente. Erica es polaca, viven enfrente y Él madrugaba para tomar el tren de las seis.
Tibieza, un relato de Marta Leonor Puey
Ya era tardenoche cuando llegaron los dos. Mi hermano tenía los ojos colorados de llorar y se quedó en el umbral de la puerta. Mamá hablaba bajito con la vecina en un rincón, después nos fuimos a nuestra cocina.
Jacinta y la niebla, un cuento de Marta Leonor Puey
Mi padre le entregó un pequeño bolso, apoyó su mano en mi espalda y me impulsó; entré por el zaguán que daba a un patio cerrado.