Más que gustos
Si no tiene glúteos bonitos, apreciables, asibles, pero que no puedan ser tomados plenamente con un agarrón, grandecitos, notables, hasta voluptuosos, entonces esa mujer, por más otros atractivos que posea, ya no es objeto de admiración.
La bomba de calor, un relato de Eduardo Viladés
A las diez y media sonó el timbre. Con ese alias, yo pensaba que venía a lo que venía, aquello que dices "llega a las 22:30, a las 22:35 le desnudo, a las 22:40 nos ponemos al tema y a las 22:45 sigo leyendo tranquilamente".
Pasional y políglota
De todas las cosas que me dijo Sofía, la más graciosa es que le vio el pene a Javier. ¿Cómo así?, le pregunté. La chica de la bicicleta rio. Dime la verdad, le pedí. La tomé del antebrazo para detener nuestra marcha, así en mitad de la calle. ¿Te follaste a Javier? No, dijo.
La manicurista, un cuento de Jaime Arturo Martínez
Me gusta mi trabajo. Allí, conozco gente nueva todos los días. Mientras les presto mis servicios, les escucho sus historias o les hablo de la ciudad. Disfruto este ambiente, limpio, adornado y elegante.
Califagia, un cuento de Jaime Arturo Martínez
La madre oyó el murmullo de la conversación. Oyó la risa de ella como una alta palmera meciéndose en el aire, oyó los suspiros, oyó los quejidos y el llanto de amor, oyó -luego– el silencio.
El negro, un cuento de Giovanna Robinson
Dicen que los negros son más sabrosos que los blancos, quiero probar si es cierto, eso me dijo una vecina quien tiene de amante a un negro.
El regalo, un cuento de Eduardo Viladés
Luis decía que era feliz a pesar de haberse instalado en la monotonía y haberse olvidado de la magia, de la vida convertida en circo con dos payasos medievales buscándose el uno al otro a pesar del foso de los leones.
Ndiamy, un cuento de Jaime Arturo Martínez
En adelante, la entrenaron para que arreara agua desde el aljibe hasta la casa, lavara ropa, realizara las compras en el mercado de El Hoyo; y ella, por su parte, se dedicó a confeccionar un amuleto.
Cartagena es una vieja casamentera
Bromas aparte, cada persona, independientemente de su ideología religiosa, tiene su propia concepción de esta unión concertada mediante ritos o formalidades legales. Todos tenemos referentes sociales, familiares y culturales en este sentido. Buenos y malos ejemplos. Casos afortunados e infelices.
De García Márquez, los Rolling Stones y otros demonios
Harto de las consecuencias de la fama, hacia 1971, Gabo, el más famoso de los escritores de lengua española del siglo XX, quería dedicarse tan sólo a «las canciones de los Rolling, la revolución cubana y cuatro amigos».