Aire coagulado bajo la exangüe mirada de Sacristán
Los buenos momentos duran un suspiro, cuando te das cuenta ya se han evaporado, de ahí que tengamos que atrapar su perfume y guardarlo en frascos para destaparlo en los días aciagos.
Paraíso de los negros, el arte como salvoconducto para la felicidad
Si se amenaza a la gente diciéndole que será degollada y luego no se concreta, se la puede azotar y explotar y se dirá que no ha sido tan grave.
La calle con olor a salitre, un relato de Eduardo Viladés
Si yo pudiese, creo que saldría a pasear todas las mañanas por la playa de Las Arenas luciendo pantorrilla y escote. Remedios fue novia durante un tiempo de Ezequiel, el chaval que trae el género a mis padres con el camión.
Las Águedas, un relato de Eduardo Viladés
En Sicilia, aunque gocemos de un clima mediterráneo y tendamos al histrionismo, somos muy cautos a la hora de entablar conversación con las chicas, quizá fruto de la insularidad y de que la mamma siempre nos tiene bajo control.
Wozzeck eleva la miseria humana a espectáculo visual, por Eduardo Viladés
Una tragedia con una víctima y varios verdugos. Los protagonistas de la ópera no tienen nada, son despojos sociales, títeres que viven en medio de la basura.
«Un hombre de paso» o la incuria de pensamiento, por Eduardo Viladés
Cada vez tengo más claro que a las personas les gustan los muros. Vivir sepultadas dentro de cómodas certidumbres y rutinas.
La añoranza hecha ballet, por Eduardo Viladés
A lo largo de la noche, la pequeña comprueba asombrada cómo todo a su alrededor comienza a crecer y los muñecos cobran vida. La arrastrarán a participar en divertidas y bélicas travesuras hasta descubrir un mundo mágico lleno de adorables personajes.
Ma dai, Butterfly, cosa stai per fare?; por Eduardo Viladés
Mientras ella espera un amor para toda la vida, su esposo lo vive como una aventura fuera del país...
El festival de la reconciliación juvenil, por Eduardo Viladés
¿Pueden subsistir los llamados millenials si no reciben un determinado número de me gusta en Facebook?
La desafortunada celebración de la muerte, por Eduardo Viladés
Mozart se encontraba en un momento muy complicado. Su salud decaía y estaba muy abatido desde el adiós de su padre.