Valses de Strauss a los pies de la cama
Integrada por profesores y solistas, la Strauss Festival Orchestra ha sabido mantener vivas las expresiones artísticas típicamente vienesas, despertando el interés de las más exigentes audiencias del continente.
María, Marilú, Lulú; un cuento de Marta Leonor Puey
La mujer y el bebé dormían. Se acostó. Cuando se la trajeron envuelta en la mantita blanca, pidió tenerla en los brazos, quiso reconocerse en la carita que acarició con su dedo índice.
Sara Baras vuela en Logroño
Carmen era libertad, un espíritu beligerante e indómito, toda referencia al Estado, a las normas y a las leyes la bloqueaba. Taconeaba palabras, al igual que Sara derrite el escenario con esas pantorrillas de acero.
El chico y la garza
La certeza que ninguna cantidad de palabras podrá emular. Por eso, cuando Mahito viaja al pasado, y vislumbra la despedida necesaria al borde del camino, no se abate. Sabe que hay tesoros que viven siempre. El corazón abre, fugazmente, una pupila en la eternidad.
Esther, un cuento de Marta Leonor Puey
Era 1960 y en el barrio nos conocíamos todos. Temprano entró Trujillo al inquilinato, no se detuvo ante los vecinos que, consternados, comentaban el suceso; habían encontrado a Esther con un tiro en el pecho. Subió a la piecita impasible y sin preguntar.
El agua del recuerdo, un relato de Eduardo Viladés
Gracias a Pedro también aprendí que debía recuperar el tiempo perdido con mi madre, a quien al tenerla siempre al lado había descuidado.
Constelaciones marinas, un relato de Nihm Smoboda
Wilson era un caballero de fortuna. Un gentilhombre dedicado al abordaje y a imponer la disciplina a bordo predicando el ascetismo.
Hacia el sur, un relato de Fernán Correale
Después de comerse algunos baches y cambiar de dial la radio, la mujer ya había terminado el suéter y saltaba de alegría, parecía joven, aindiada.
La chilena, un relato de Fernán Correale
Es un barcito con el alcohol desfilando detrás de la barra entre algunos espejos, que duplican todos los objetos y los rostros, que se acoplan en el bar y tiene también algunos posters de películas: Scorsese, Coppola, Tarantino, David Linch y algún Dalí falso.
Telarania, un relato de Marta Leonor Puey
Entré a la otra habitación donde estaba la cama para las visitas y me acosté. Los grillos seguían chillando, algunas ranas les contestaban, el aire se colaba por la celosía.