El hombre gris
A ti que te fueron dados los libros y la noche, Buenos Aires y Ginebra, Wilde y Hernández, la patria y la ironía, la espada y el bronce, el espejo y la sombra, el norte y el sur, el símbolo y la palabra...
Mi libro, un cuento de Sebastián Grasso
Nos pusimos en marcha entonces rumbo al viejo puente de la ciudad, camino a mi hogar. La caminata era lenta, pero constante. Algo dentro de mí, me impedía ir más rápido. Ella parecía no tener apuro alguno.