¿Cuánto le mide?, un cuento de Elkin García
En el baño me crucé con un hombre alto, de espaldas anchas, que salía atropelladamente y con cara de enfado. Murmuró entre dientes algo que no entendí.
Los hombres del traje gris, un cuento de Andrés Pinzón-Sinuco
¿Qué decían? ¿Decían algo? No lo recuerdo. Sólo estaban expectantes. Sus rostros eran angulosos, lúgubres. El líder, a quien reconocí....
Del ardor por inatención, por Holberth Cantillo
El filósofo cartagenero Holberth Cantillo abre su cuaderno de apuntes para dar al vuelo estos dos caminos que no llevan a ninguna parte.
El gran cronopio del Caribe: Sícalo Pinaud
Sícalo fue un gran lector, como Borges, otro de sus grandes autores de cabecera. Se enorgullecía de lo que había leído más de lo que había escrito.
De lunes a lunes, un cuento de Rubén Darío Álvarez
Me gustaría también escribir el guion de una telenovela de amor donde los protagonistas sean una pareja de feos, negros, mestizos o indígenas...
La señora Eveling, un cuento de Rubén Darío Álvarez
Dicen que la señora Eveling estuvo unos diez años viajando por Europa con su esposo y sus dos hijos, hasta que el potentado conoció en París a una joven bailarina nigeriana...
Diana Agámez: Receta para cuando algo se rompe
"Lo que es verdaderamente inmoral es haber desistido de uno mismo". La contundencia de esta afirmación se ajusta a la obra de la poeta.
Un lance en el claroscuro, un cuento de Ernesto Taborda
La perorata de una mujer dolida es algo de sumo cuidado y que quizá los expertos deban estudiar en detalle: los giros que son capaces de dar, las gesticulaciones acompañadas de dolor, pero también de rabia.
Los grises ojos del pistolero, un cuento de Rodolfo Lara Mendoza
Mamá está de pie, junto a la ventana, planchando una camisa, y ha dejado la plancha sobre aquella prenda que, en mi recuerdo, años después, sigue sin quemarse: ¡Es increíble la pericia de mamá!
La manicurista, un cuento de Jaime Arturo Martínez
Me gusta mi trabajo. Allí, conozco gente nueva todos los días. Mientras les presto mis servicios, les escucho sus historias o les hablo de la ciudad. Disfruto este ambiente, limpio, adornado y elegante.