El delicado fantasma del vacío
... sé que nadie verterá una lágrima en mi funeral, ni siquiera lloverá ni hará mal tiempo, algo que ensalza los entierros, al revés, un Sol de justicia secará los ojos del sepulturero...
Prospección: la sangre de la patria
La brújula tatuada sobre su pecho se sentía fría, real, una guía en medio del caos, mientras el atrapasueños en su nuca parecía pesar, como si intentara filtrar una marea creciente de oscuridad.
María, Marilú, Lulú; un cuento de Marta Leonor Puey
La mujer y el bebé dormían. Se acostó. Cuando se la trajeron envuelta en la mantita blanca, pidió tenerla en los brazos, quiso reconocerse en la carita que acarició con su dedo índice.
El chico y la garza
La certeza que ninguna cantidad de palabras podrá emular. Por eso, cuando Mahito viaja al pasado, y vislumbra la despedida necesaria al borde del camino, no se abate. Sabe que hay tesoros que viven siempre. El corazón abre, fugazmente, una pupila en la eternidad.
Esther, un cuento de Marta Leonor Puey
Era 1960 y en el barrio nos conocíamos todos. Temprano entró Trujillo al inquilinato, no se detuvo ante los vecinos que, consternados, comentaban el suceso; habían encontrado a Esther con un tiro en el pecho. Subió a la piecita impasible y sin preguntar.
Constelaciones marinas, un relato de Nihm Smoboda
Wilson era un caballero de fortuna. Un gentilhombre dedicado al abordaje y a imponer la disciplina a bordo predicando el ascetismo.
Hacia el sur, un relato de Fernán Correale
Después de comerse algunos baches y cambiar de dial la radio, la mujer ya había terminado el suéter y saltaba de alegría, parecía joven, aindiada.
En agosto nos vemos
Hay partes imperfectas, pero también éstas forman parte de un todo, de un mundo real-fantástico en el caso de Kafka, y de un mundo real-mágico en el caso de GGM. Y aunque no haya fantasía ni magia en todas sus narraciones, hay un perfume, una sensación, sugerencias, descripciones que remiten mentalmente a un ambiente de fantasía y de magia.
La chilena, un relato de Fernán Correale
Es un barcito con el alcohol desfilando detrás de la barra entre algunos espejos, que duplican todos los objetos y los rostros, que se acoplan en el bar y tiene también algunos posters de películas: Scorsese, Coppola, Tarantino, David Linch y algún Dalí falso.
Telarania, un relato de Marta Leonor Puey
Entré a la otra habitación donde estaba la cama para las visitas y me acosté. Los grillos seguían chillando, algunas ranas les contestaban, el aire se colaba por la celosía.