La profesora, un relato de Eduardo Viladés
No era muy alta, apenas 1,64, con unas tetas estilo Dolly Parton que tapaban parte de su estómago, plano y sin grasa, y una cara muy pecosa...
Me hundiré en el duelo de mí mismo, un cuento de Fernán Correale
Pensaba en su esposa muerta, o simplemente se había separado, pero algo había muerto.
La desvergonzada entrevista laboral
Esta obra escrita por el dramaturgo y periodista Eduardo Viladés fue ganadora por unanimidad del certamen internacional de literatura Fernando Ballesteros Saavedra 2018.
El cachirulo que vibra
Llevaba en paro veinte años. Vivía en España, no lo olvidemos, cuna de parásitos retóricos que se nutren de envidia y mediocridad. Por eso, cuando vio el anuncio se emocionó.
El monstruo de Isla Escondida, un cuento de Luz Manosalva Méndez
La realidad es que la imagen es tan aterradora que es difícil definir una forma. Nereo nunca había sentido tanto calor en la isla, ni nunca —al mismo tiempo—, había visto temblar a la gente como si tuvieran frío en las nieves perpetuas.
Los que vinieron de lejos, un cuento de J. J. Junieles
La posible existencia de vida extraterrestre siempre nos había cautivado, desde mucho antes de que fuera posible viajar al espacio, artefactos, objetos y pinturas rupestres...
¿Cuál es la raza de la perra?, una reseña de Ernesto Gómez-Mendoza
La libertad del formato favorece la auscultación de las ideas de la autora sobre la crueldad, el absurdo, y ser o no ser madre, solícita o negligente, al tiempo que escribe otra historia colombiana de abuso y explotación.
El evangelio de los perros, un cuento de Rodolfo Lara Mendoza
Lo demás era noche cerrada. Silencio en el que no tenía cabida voz humana alguna, aquel engreído juguete de Dios que desde hacía tiempo yacía hecho pedazos. Los perros, en cambio, seguían incólumes.
Veinte gramos, un relato de Elkin García
Tengo un gato negro (mis amigos dicen que llevo encima la mala suerte). Actualmente vivo en un apartamento que comparto con mi novia que es una exprostituta y ahora no le parece bien chuparme el pene porque se ha vuelto moralista.
Leo, un cuento de César Mora Moreau
Leonardo me descubrió durante el almuerzo del segundo día. Cuando nuestros ojos se cruzaron, bajé la vista a mi comida y no me atreví a levantarla por temor a que alguien más se hubiera dado cuenta.