El puerto de Zadar
Una es la mesera que cobra, la otra pone música electrónica. Ambas son dispares, la una muy gorda, la otra bastante flaca. Y está la tercera, la que ha despertado el súbito interés. Pinsel descrubirá en 6 minutos 44 segundos que su nombre es Emilia.
Los lectores, un cuento de Andrés Pinzón-Sinuco
El proyectil, precedido del sonido metálico del silenciador, perfora sin esfuerzo el esternón y el tendón intermedio del cuello de Phillip. El cuerpo cae al suelo en lo que tarda un suspiro en disiparse.
Una de piratas: la humillación de la flota inglesa que sitió a Cartagena
Blas de Lezo conocía el valor militar de esa demora. Si se conseguía resistir hasta la llegada de las lluvias, a final de abril, Vernon habría perdido. Para Vernon era de vital importancia aislar la ciudad.
Los hombres del traje gris, un cuento de Andrés Pinzón-Sinuco
¿Qué decían? ¿Decían algo? No lo recuerdo. Sólo estaban expectantes. Sus rostros eran angulosos, lúgubres. El líder, a quien reconocí....
Es el crepúsculo, sal y míralo: Cry Macho
Quienes admiramos a Eastwood esperamos que Cry Macho sea otro eslabón más en la prolífica vida del cineasta y no una esquela definitiva.
Altenpfleger, un relato de Andrés Pinzón-Sinuco
Es jueves, un día indeciso para un sol que no se atreve a perforar las nubes por más de una hora. Silvia Abril elabora frases tiernas.
¿En Colombia se habla el mejor castellano?
Aproximaciones a un mito lingüístico. Decir que el “mejor” español es el que se habla en Colombia surge de los sentimientos de orgullo o idealización.
El terrorismo como comunicación colectiva
Estos autores simplifican el complejo proceso del terrorismo, utilizando la teoría clásica de comunicación en la cual se entiende que un emisor (terroristas) envía un mensaje (ataque) a un receptor (víctimas potenciales o no).
Pasional y políglota
De todas las cosas que me dijo Sofía, la más graciosa es que le vio el pene a Javier. ¿Cómo así?, le pregunté. La chica de la bicicleta rio. Dime la verdad, le pedí. La tomé del antebrazo para detener nuestra marcha, así en mitad de la calle. ¿Te follaste a Javier? No, dijo.
Sonido bestial
No entendía cómo aquel había podido seducirla aquella tarde de enero. El asunto, se planteaba Laura, era que no había sido él quien la sedujo, sino ella a él.